Laraza, la identidad étnica, la casta, la ascendencia, el color de la piel y las identidades nacionales se cruzan de manera compleja. Las categorías raciales y étnicas son confusas, complejas, desafían la lógica y cambian constantemente. Las identidades raciales que la sociedad les «asignaba» a los pueblos pueden no estar alineadas con sus propias identidades raciales internas.
La forma en la que nos denominamos a nosotros mismos y a los demás es un tema delicado y poderoso. Puede parecer algo insignificante, pero vale la pena que entendamos y aprendamos cómo se identifican los compañeros de trabajo y los miembros del sindicato. Usa los términos que la persona usa para autoidentificarse y peca de específico.
La raza describe las amplias categorías en las que se dividen las personas, que son arbitrarias pero se considera que generalmente se basan en el origen ancestral y las características físicas y que no se pueden cambiar fácilmente por la influencia del medio ambiente o de factores externos. La raza asigna el valor humano y el estatus social mediante un sistema jerárquico reforzado institucionalmente.
En muchas partes del mundo, las características biológicas no han desempeñado un papel tan importante en la determinación de las diferencias como la casta o la religión. Sin embargo, el crecimiento del capitalismo y la imposición de las definiciones occidentales de raza y racismo han aumentado su relevancia.
Algunas personas se sorprenden de que los científicos hayan inventado esquemas de categorización racial para respaldar la categorización de grupos de personas como superiores e inferiores. La raza es una construcción social inventada, no un hecho biológico. La raza y las categorías raciales cambian constantemente y varían con el tiempo y el lugar a medida que cambian las relaciones de poder y las construcciones sociales.
El racismo eurocéntrico usa blanco como modelo de humanidad con el propósito de establecer y mantener los privilegios y el poder. El racismo eurocéntrico está históricamente ligado al colonialismo europeo.
Las castas se pueden definir como grupos hereditarios y endogámicos a los que se les asignan ocupaciones específicas y se rigen por estrictas relaciones jerárquicas. El doctor BR Ambedkar, el famoso líder dalit y principal arquitecto de la Constitución india, habló sobre la «“desigualdad gradual” del sistema de castas en el que el sistema de castas no es solamente una forma de dividir el trabajo. Es también una división de trabajadores… Cada clase en calidad de privilegiada; todas las clases están interesadas en mantener el sistema social».
En 2001, en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo en Durban, Sudáfrica, se añadió la palabra ascendencia a la definición de discriminación racial de las Naciones Unidas. Los activistas dalit abogaron por esta incorporación, ya que la ascendencia y la ocupación son aspectos clave basados en el sistema de castas tal como existe, no solo en India, sino en áreas del sur de Asia, este de Asia y África occidental.
La identidad étnica, como la raza y la casta, es una construcción social. La identidad étnica divide a las personas en agrupaciones sociales basadas en la identidad cultural, que puede incluir o no un idioma, costumbres, patrones migratorios, nacionalidad, cultura, expresión religiosa, historia o base geográfica ancestral compartidos por los integrantes del grupo.
La nacionalidad se basa en la pertenencia o identificación de una persona con una nación en particular.
La religión está separada de la raza y puede tener profundos y diversos puntos de intersección con la raza en todas partes del mundo. Según el profesor estadounidense Khaled Beydoun, «el odio y la intolerancia anti musulmana en Occidente […] ha provocado que el islam sea considerado como una raza y no una religión, lo cual, como resultado da lugar a una idea generalizada de que los musulmanes son árabes exclusivamente, lo que evita que muchos vean al islam como un grupo de fe multirracial y étnico». La definición de racismo antimusulmán presentada para su debate en el Parlamento británico en 2019 afirma que el racismo antimusulmán «tiene sus raíces en el racismo y es un tipo de racismo que tiene como objetivo las expresiones de la “musulmanidad” o la percepción de la misma».
El colorismo es la preferencia por las pieles más blancas sobre las más oscuras. El colorismo existe porque existe el racismo. En 2020, una petición en una campaña contra las cremas blanqueadoras de la piel en la India reunió casi 15.000 firmas en dos semanas.
En 1937, los soldados republicanos dominicanos asesinaron a entre 9.000 y 20.000 haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana, generalmente de tez más oscura. En 2013, el Tribunal Supremo le quitó la nacionalidad dominicana a toda persona con padres haitianos. Esto dejó a más de 200.000 personas en tierra de nadie, sin derecho a la nacionalidad dominicana a pesar de haber nacido allí, y sin derecho a la nacionalidad haitiana.
«En Brasil hay toda la gama de colores: desde claro a oscuro con muchos colores intermedios y docenas de categorías raciales/étnicas posibles si hablamos del color de la piel… pero la exclusión y la desigualdad siguen existiendo.» Entre 2012 y 2018 la cantidad de brasileños que se identifican como negros ha aumentado casi un 30 %. La autora y activista Djamila Ribeiro explica que «si bien no tuvimos un apartheid legal como el de Estados Unidos o Sudáfrica, la sociedad está muy segregada – institucional y estructuralmente […] Como existe este mito de que todo el mundo es mulato, incluso a las personas de raza negra en Brasil a veces les cuesta verse a sí mismos como negros. No se trata solo de tu origen, sino de tu aspecto: si pareces blanco, te tratarán como tal, aunque tus padres sean negros».
La ideología del «daltonismo» se puede utilizar para minimizar o negar la existencia del racismo. Las investigadoras Beth Ahlberg, Sarah Hamed, Suruchi Thapar-Björkert y Hannah Brady señalan que en Suecia «la reestructuración neoliberal y el silenciamiento del racismo han dado lugar a la ideología del “daltonismo”, la cual hace que el racismo sea aún más invisible porque elimina toda sugerencia de supremacía blanca o de culpa blanca del pensamiento personal y del debate público, al tiempo que legitima los acuerdos sociales, políticos y económicos existentes que privilegian a los blancos».
Se suele utilizar el término negro para identificar a toda la diáspora africana alrededor del mundo. Su uso es cuestionado. Las personas de ascendencia subsahariana que viven en sociedades dominadas por los blancos y los pueblos indígenas de Oceanía probablemente se identifican como negros.
Tanto en el Reino Unido como en Sudáfrica, el término negro se utiliza para identificar a todas las personas que no son blancas. El Sindicato de Universidades y Facultades Británicas utiliza el término negro en un sentido político para referirse a las personas que descienden, por uno o ambos progenitores, de África, el Caribe, Asia (desde Oriente Medio hasta China) y América Latina. Se refiere a aquellos que provienen de una minoría visible que tienen una experiencia compartida de opresión. La palabra se utiliza para fomentar un sentido de solidaridad y empoderamiento.
Las personas que viven en el África subsahariana, especialmente en las naciones dominadas por las culturas e instituciones mayoritariamente negras e indígenas, se suelen identificar por sus naciones y etnias. El escritor congoleño Vava Tampa afirma que «en la sociedad europea se tuvo que deshumanizar a los africanos para facilitar su esclavización, su colonización y la explotación de sus tierras; por eso se utiliza la etiqueta “negro”, porque llamarlos africanos (o sus nombres yoruba, benga, shanti, igbo, mandinka o kongo) reconoce su humanidad, su historia y su cultura». Eniola Anuoluwapo Soyemi escribe desde Nigeria sobre la necesidad de salir del marco que propone el racismo y «volver a ponernos al mando de nuestras propias narrativas; como era antes».
En la Península Arábiga, antes de la abolición de la esclavitud, entre 10 y 18 millones de africanos negros (un pueblo indígena conocido como Zanj que habla el idioma bantú) fueron esclavizados y transportados desde el África subsahariana. Solo sobrevivieron algunas comunidades afroárabes, debido a la mortandad provocada por los trabajos forzados y la integración de los niños a las familias de los propietarios. En el año 869 comenzó una rebelión zanj en lo que es hoy el sur de Irak que duró 15 años. En Irak hay actualmente 1,5 millones de afroiraquíes, descendientes de los zanj, que se identifican como negros y árabes, luchan contra la discriminación y buscan que se les reconozca su estatus legal de minoría.
Panashe Chigumadzi escribe que «la indiferencia hacia las niñas Chibok desaparecidas en Nigeria, el país con la mayor población negra del planeta, va de la mano con los impunes disparos de la policía a personas negras desarmadas en los Estados Unidos, el asesinato de trabajadores mineros negros que reclamaban mejores salarios en Sudáfrica y con las ejecuciones extrajudiciales en Kenia. Todos estos ataques a los cuerpos negros —ya sea en suelo africano o fuera de él— no son ajenos al capitalismo racial blanco y a la colonialidad, que es lo suficientemente sofisticada como para no necesitar la presencia de cuerpos blancos para operar. Al fin y al cabo, es por eso que […] los africanos siguen valorando el trabajo intelectual y la producción cultural de los blancos como algo supremo (ya sea que lo queramos admitir o no). Es por eso que el dominio de las lenguas colonizadoras, como el inglés, el francés, el alemán o el portugués, en lugar de nuestras propias lenguas autóctonas, sigue siendo el verdadero símbolo no solo de educación, sino de sofisticación y mundanidad en todo el continente… Todos nosotros sufrimos la colonialidad, solo que los cuerpos blancos de Sudáfrica y Estados Unidos lo hacen más fácil de visualizar».
Las razas, castas, religiones y etnias se mezclan en cada persona, familia y cultura y cuestionan las categorizaciones raciales. Las palabras y conceptos que utilizamos para identificarnos cambian a medida que cambiamos nosotros mismos, tanto individual como colectivamente. Es posible que identifiquemos nuestras propias razas y etnias de forma diferente a medida que envejecemos y nos enfrentamos a diferentes experiencias de vida.
La forma como se registran los diferentes grupos raciales, étnicos e indígenas en los censos de los países varía mucho, y las categorías del censo suelen cambiar con el tiempo. Somos nuestros propios expertos en términos del papel que juegan estas construcciones sociales en nuestras vidas. Compartir nuestras historias sobre cómo nos identificamos nos ayuda a establecer conexiones y a construir un sentido de comunidad de una manera que no se logra con las estadísticas y el intercambio de opiniones por sí solos.
En 1930, el gobierno estadounidense estableció el término mexicano como una categoría racial en el censo federal y luego la eliminó. En 2020, una periodista estadounidense, Graciela Mochkofsky, les preguntó a algunos amigos y colegas cómo se identifican y cómo responden las preguntas del actual censo estadounidense. «Un colega dijo que cuando completó el formulario del censo, marcó la opción “hispano” cuando le preguntaron por la etnia, pero dejó la casilla de la raza en blanco. “Me identifico como ‘fronterizo’, pero no es una opción en el censo, así que adopto ‘hispano’ como mi identidad pública y social”, explicó. Para la opción de raza le gustaría poner “mestizo” —parte indígena, parte europeo—, pero esa opción no existe. Una amiga dominicana dijo que marca la opción “hispano/latino” y agrega “dominicana”, pero marca la opción “otro” en la categoría de raza y se siente frustrada porque no se le permite agregar más información: le gustaría identificarse como negra y también taína, pero “no saben qué es eso”. Una tercera amiga dice que marca la opción “hispano/latino” y “puertorriqueño”, pero, aunque en Puerto Rico se la considera blanca, deja la “raza” en blanco porque piensa que elegir esta opción significa identificarse con las jerarquías de una ideología de supremacía blanca.»
El Centro Europeo para la Justicia Interseccional informa que «los datos censales sobre la raza en Francia y Alemania solo se pueden recabar a través de términos sustitutos como el “origen migratorio” o la “ubicación geográfica”, que solo captan la raza parcialmente. La recopilación de datos sobre la igualdad es un tema polémico en Europa, dada la forma en que dichos datos han sido (mal) utilizados en el pasado. La evolución política actual no puede garantizar que esos datos no sean utilizados como instrumentos con fines racistas».
Las categorías del censo en la República Popular China han sido determinadas por el Estado y no se condicen con la forma en que las minorías étnicas y las nacionalidades se identifican a sí mismas. Muchos grupos no están reconocidos, y a otros se les niegan derechos legales debido a su clasificación. Hay 56 minorías étnicas oficialmente reconocidas, además de la mayoría Han.