A medida que vayan avanzando, debes definir qué tareas hay que realizar y quién las hará.
El calendario y la lista de tareas deben ser lo más sencillos posible. En una lista separada y sin asignar puedes anotar aquellas acciones que es necesario poner en práctica de manera urgente, de este modo, las podrás volver a consultar más adelante.
Si una tarea es demasiado grande para una sola persona, puedes establecer un comité (enlace 2.9) o asignar a más personas, pero siempre asegúrate de designar a una persona responsable de coordinar y supervisar la tarea para garantizar que se complete.
Ten cuidado de no recargar a unos pocos participantes con demasiadas tareas. Analiza la posibilidad de reclutar e involucrar a más trabajadores siempre que puedas. Es importante que todos compartan la responsabilidad y, por lo tanto, las victorias del trabajo colectivo.
Un seguimiento detallado de las tareas acordadas ayudará a que todos los implicados rindan cuentas y sean responsables. Si una persona no pudo completar su tarea, deberás decidir si hay que reasignarla o si hay que modificar el plan.
Un seguimiento periódico y actualizado de los compromisos y de las tareas colectivos te ayudará a mantener y fomentar el entusiasmo de los participantes y, a su vez, los ayudará a ellos a concentrarse en completar sus tareas. Es importante celebrar juntos los logros colectivos e individuales. No te desanimes si las cosas no salen como estaba previsto. Simplemente ajusta el plan para que se adapte mejor a la realidad y, si fuera necesario, reasigna las tareas y modifica los plazos.