Necesitamos saber el costo de cada una de las propuestas del sindicato y del empleador o los empleadores. Aunque el empleador o los empleadores no estén dispuestos a aportar los datos sobre costos completos o si los datos aportados son sospechosos, los negociadores del sindicato pueden calcular los costos básicos estimados.
Si estás negociando con un gobierno local sobre las condiciones de trabajo y no con un empleador, también debes determinar el costo que tendría tu propuesta para la entidad gubernamental. Por ejemplo, es posible que debas identificar el costo de la tierra, de mantener un mercado abierto más días o el costo de ofrecer instalaciones de aseo para las trabajadoras y los trabajadores.
Una vez que se llega a un acuerdo, es más fácil para las trabajadoras y los trabajadores saber si se debería ratificar el contrato si saben cuánto le costará la solución al empleador y pueden compararlo con soluciones alcanzadas anteriormente y las ganancias del empleador. Las trabajadoras y los trabajadores deben saber cuánto han ganado en beneficios y mejoras.
Por ejemplo, durante las negociaciones el equipo de negociación del empleador puede aceptar la propuesta del sindicato de un aumento de 15 centavos por hora en la cobertura de la atención de la salud si el sindicato acepta retirar otra propuesta de un aumento del diferencial por turno nocturno del 1 %. Para poder replicar, el sindicato necesitaba saber cuánto costaría realmente cada una de estas propuestas. Si el empleador o los empleadores dicen: «Ya aceptamos un paquete total del 21 % y no vamos a dar más», el sindicato puede replicar con mayor eficacia si sabe si el paquete realmente tiene un costo del 21 %.
Para alcanzar un acuerdo es necesario que ambas partes tomen decisiones para ajustar sus posturas. Calcular el costo del paquete minuciosamente ayuda al sindicato a determinar qué se debe ajustar.