¿Qué revela el COVID-19 en América Central? Costa Rica: pandemia controlada, economía debilitada

Junto con el reto de enfrentar el virus viene necesariamente el reto de enfrentar el hambre y, junto con el reto de enfrentar el hambre. El gobierno actúa muy decididamente en materia del reto frente al virus y no tan decididamente en el reto frente al hambre - lea la entrevista con Juliana Martínez Franzoni.

Mercado en San José

imagen: Mercado en San José desde © FES Costa Rica Mercado en San José

¿Cómo se encuentra Costa Rica a la llegada de la pandemia?

Costa Rica llega a este momento en una trayectoria compleja, de ir de menos a más desigualdad socioeconómica de manera sostenida en los últimos años y con una persistente proporción de población en condiciones de pobreza, 2 de cada 10 personas en el país. Además, llega a este momento con una baja participación laboral femenina en comparación a otros países de igual desarrollo humano de la región, a pesar de que las mujeres costarricenses tienen en promedio una mayor educación formal que sus pares hombres, es un país en donde existen enormes retos de incorporación laboral de las mujeres, de la mano también de una política pública todavía muy rezagada en cuanto a apoyar estos procesos de incorporación especialmente en materia de políticas de cuidado que sean suficientes y que también tengan una amplia cobertura.

Costa Rica llega a este momento además con muy poco espacio fiscal, con muy poca capacidad de poder ampliar los recursos que destina a la inversión pública y con un alto nivel de endeudamiento. Además, llega a este momento con un alto nivel de informalidad laboral, más de un millón de personas en esas condiciones y con un alto nivel de desempleo.

Costa Rica es un país que durante el siglo XX logró altos grados de integración social y mucho éxito en su política pública, pero que llega a este momento comprometido en su capacidad de hacer cosas y de resolver bien los problemas que enfrenta la sociedad. Entonces cuando llega este tsunami, no se encuentra en esa situación y con muchísimos retos.

¿Cuáles son los principales efectos y retos que afronta el país?

Calculamos que en las ramas donde se perdió prácticamente todo el ingreso como el turismo, solo ahí hay 200 mil personas que se vieron afectadas con desempleo o con pérdida de ingresos, pero también, con una fuerte suspensión de contratos laborales. Si contamos toda la economía y hacemos unas estimaciones conservadoras y consideramos ramas en las que se pudo haber perdido un 10% del empleo, estamos hablando de más de 450 mil personas que se vieron afectadas por el desplome del mercado laboral, estamos hablando de unas 310 mil familias, estamos hablando de un millón de personas que se quedaron sin ingresos o con ingresos parciales y estamos peleando contra el virus al mismo tiempo que estamos peleando contra el hambre que empieza a generar el desplome del mercado laboral y de la actividad económica que generan las medidas de distanciamiento físico, que son la principal herramienta para enfrentar el virus. Entonces junto con el reto de enfrentar el virus viene necesariamente el reto de enfrentar el hambre y, junto con el reto de enfrentar el hambre, viene también el reto es frenar el riesgo de estallidos sociales y de proteger la paz social que Costa Rica ha apreciado de tener y de construir durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI. Entonces estos tres retos están en este momento, yo creo que el gobierno actúa muy decididamente en materia del reto frente al virus y no tan decididamente en el reto frente al hambre y por lo tanto con algunos riesgos de lo que pueda pasar en términos del malestar de mucha gente.

¿Cuál es la afectación diferenciada por género que evidencia la crisis sanitaria?

Yo creo que la mejor metáfora de cómo esta pandemia y las consecuencias sociales y económicas que genera en la vida de las personas no alcanza a las personas por igual, es la metáfora de que no estamos en el mismo barco enfrentando esta situación, estamos en un mismo mar pero hay unas personas en yate, otras personas con salvavidas, otras personas apenas nadando con todas sus fuerzas, y esa desigualdad en los recursos con que las personas enfrentamos esta situación, evidentemente está atravesada por la desigualdad de género en la medida en que sabemos que nuestra región en general y, Costa Rica en particular, es una región en donde las mujeres hemos asumido, hemos cambiado radicalmente en nuestras maneras de vivir incorporandonos altamente al trabajo remunerado, sin embargo, los hombres no se han movido de lugar en términos de su incorporación al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Y esto, lo documentan todas las encuestas de uso del tiempo desde el Río Grande en México, hasta Ushuaia en Tierra del Fuego. Entonces, es en esta enorme desigualdad de trabajos y de responsabilidades que nos encuentra esta situación.

Una virtud, si podemos encontrar una en la situación que estamos viviendo, es que ha quedado muy en evidencia estas biografías malabaristas de las mujeres que siempre está ahí, pero que en este momento, se ha potenciado de la mano de una gran demanda de cuidados centrada en el hogar, en la casa, en la familia y en la cual, las mujeres tanto están trabajando para generar ingresos o buscando ingresos para compensar los que perdieron como también, están siendo maestras de sus niños y niñas, están acompañando psicológicamente las crisis asociadas al confinamiento, están actuando como enfermeras para tratar de evitar ya el sistema de salud de contagio, están yendo a hacer las compras para poder atender las necesidades del hogar, en definitiva están siendo más malabaristas que nunca. Entonces, al estar en tantas personas simultáneamente en el hogar, ha quedado más en evidencia lo que es normalmente, y también ha quedado en evidencia la enorme importancia en el hecho de que este trabajo es un trabajo que hilvana a la sociedad, que sostiene a la sociedad, que cimenta a la sociedad, aunque la mayor parte del tiempo no lo veamos.

¿Cuáles son las 3 principales medidas sanitarias que han sido implementadas?

En Costa Rica desde bastante temprano se determinó la emergencia nacional e incluso antes de eso, desde el 6 de marzo cuando se identificó el primer caso positivo se empezaron a tomar medidas para promover el distanciamiento físico, al igual que en otras partes del mundo el distanciamiento físico es la principal medida sanitaria.

El país todavía no puede cantar victoria, está entrando en la etapa más complicada porque ya llevamos mucho tiempo de confinamiento y de distanciamiento físico, pero el gobierno ha dado muestras de decisión y de consistencia en las medidas que han tomado. Además ha tenido, para enfrentar esta situación, un sistema de salud robusto pues como todos con sus problemas, pero un sistema público financiado colectivamente que tiene la capacidad de recibir a todas las personas independientemente de sus ingresos y si pueden o no pueden pagar, es un país que tiene un sistema público de salud y eso sin duda hace una enorme diferencia. Eso no quiere decir que no haya muchísimos riesgos de estar comprometiendo el futuro de ese sistema de seguridad social si no se enfrentan retos muy importantes de financiamiento, porque evidentemente en torno a esta pandemia hay gastos, pero los Estados necesitan invertir mucho dinero en un momento en que están recaudando muy poquito.

¿Cuáles son las 3 principales medidas económicas que se han tomado en el país? 

El día siguiente a la declaratoria de la emergencia nacional, el sector empresarial más formal y el más grande en la economía, había logrado que se aplicara un paquete de medidas muy positivo para este sector, que fueron: postergar el pago del impuesto de renta, poder cobrar el impuesto al valor agregado pero no transferirlo sino que mantenerlo como como capital de trabajo junto con lo que no se transfiere del impuesto de renta, lograron poder suspender contratos laborales sin ningún costo y lograron reducir jornadas laborales y reducir el costo del trabajo tiempo parcial por la vía de reducir el monto mínimo por el cual se cotiza la seguridad social en Costa Rica.

O sea, básicamente las empresas más grandes lograron un subsidio muy importante en el propio arranque de la emergencia, estas medidas no eran necesarias de manera pareja para todas estas empresas porque hay empresas que habían ganado normalmente en los meses de enero, febrero, marzo y en abril reciben este subsidio, incluso muchas de estas empresas siguieron trabajando, por ejemplo en el sector alimenticio, mientras que para las empresas micro y pequeñas estas medidas no eran suficientes ni son suficientes. Para las grandes empresas son una suerte de subsidio estatal muy importante, esta manera de atender las medidas económicas de manera generalizada sin distinguir situaciones especificas, ha sido cuestionada incluso por economistas de pensamiento conservador y pro mercado, entonces esa rapidez con la que se respondió con este tipo de medidas económicas no le encontramos con las medidas sociales.

Las medidas sociales tardan hasta hace una semana, en torno al 20 de abril empiezan a ejecutarse las transferencias en el marco del principal programa del gobierno para hacer frente al hambre y al desplome de los ingresos de cientos de miles de familias.

¿Cómo el gobierno atiende la crisis?

Para hacer frente a esta situación el Plan Proteger es la principal respuesta del gobierno. Es una medida absolutamente necesaria y absolutamente positiva, que sólo en el primer día en que la página web estuvo disponible tuvo un millón setecientos mil visitas en un país de cinco millones seiscientos mil habitantes, y en los primeros días hubo más de 400.000 solicitudes. Ahora, siendo muy positivo este plan a este momento ha logrado ejecutar recursos solamente para 33 mil personas, ha tenido muchas dificultades para conseguir en el Congreso los recursos que necesita, desde un arranque definió el monto del subsidio como dos canastas básicas alimentarias y media, con la dificultad de que muchas familias tienen muchos niños y niñas o personas adultas mayores.

El promedio de la familia en Costa Rica es de 3.16 personas, pero ese es el promedio que no existe en realidad. Para las personas que no tienen gente a quien alimentar este monto está muy bien, pero para siete de cada diez familias en las ramas donde se perdió todo el empleo es insuficiente porque hay tres, cuatro, cinco o más personas integrantes de la familia. Entonces un llamado de atención que hacemos desde fuera del gobierno es que necesitamos asegurar que esta canasta básica alimentaria,  que en principio cuesta 50 mil colones en la ciudad y 43 mil en el campo, sea una canasta básica alimentaria por boca o por persona y no por familia.

Por supuesto el gobierno plantea la duda o la tensión entre cubrir mejor las necesidades y cubrir a más personas, hay una tensión siempre entre suficiencia y cobertura.

Aplicaron al plan proteger más de 400.000 personas y a este momento sólo se han podido atender 33 mil porque llevamos dos semanas en la Asamblea Legislativa, en el congreso de Costa Rica, en tiras y aflojes entre diferentes partidos y sectores viendo qué de lo que el Ejecutivo está proponiendo hacer, por ejemplo si el ejecutivo propone aprovechar la caída de los precios de los combustibles para transferirlo a este plan proteger pero la oposición dice bueno sí o bueno no, no hay mucho detalle y hay mucha diferencia de criterio y lo cierto es que estas personas siguen sin recibir esos ingresos que desesperadamente necesitan para financiar la alimentación básica.

O sea nadie en su sano juicio puede pensar en Costa Rica en comprar nada que no sea básico con un monto como éste, y está bien que sea así porque ese es su objetivo, pero estamos hablando de personas con el muchísimo grado de necesidad. De hecho de las más de 400 mil personas que habían aplicado esta semana al plan proteger unas 250.000 reportaban cero ingreso entonces estamos hablando de éxitos de una situación de extrema necesidad económica, entonces si no se resuelve esto prontamente no sólo estamos desandando las medidas sanitarias, porque no es sostenible el distanciamiento físico, porque la gente cada vez más lo está rompiendo y lo va a seguir rompiendo no necesariamente siguiendo las regulaciones que el Ministerio de Salud proponga sobre cómo hacerlo de manera ordenada y además porque entonces nos estamos jugando con fuego en términos de la paz social y en términos de la paciencia de la población para entender que hay un “nosotros” que va a asegurarle poner el pan en la mesa.

¿Cuál es la atención del Gobierno a las personas en situación de informalidad del empleo?

En términos de informalidad el país llega a este momento con más de un millón de trabajos informales y esas personas en este momento tienen las mismas necesidades que tenían antes de esta crisis y otras, porque muchas de estas personas estaban logrando conseguir ingresos con múltiples estrategias que han tenido que suspender, caso claro de las ventas ambulantes por mencionar sólo un ejemplo. El Plan Proteger no le pide a la gente que sea formal, el plan proteger admite una puerta de entrada del trabajo informal siempre y cuando declaren que su actividad económica se ha visto afectada por el COVID-19, desde ese punto de vista el Plan es incluyente tanto de personas asalariadas que estaban trabajando de manera formal, con personas asalariadas con trabajando de manera informal y personas por cuenta propia, sea que estaban formalizadas ante la seguridad social o no, eso me parece un aspecto muy positivo del Plan Proteger.

Donde el Plan Proteger se queda corto es en esta definición de estar siendo directamente afectado por el COVID-19 porque hay muchos grises de esto, ¿qué quiere decir exactamente? ya reflejando cambios en la dinámica económica global dado que este es un país altamente integrado, que su economía está muy integrada al mundo y por lo tanto es parte de cadenas globales que se vieron afectadas en muchas de ellas mucho antes que la declaratoria de emergencia nacional en Costa Rica propiamente dicho.

Entonces hemos visto cada vez que la Ministra de Trabajo o el Ministro de Desarrollo Social comparecen públicamente, que y las consultas de la gente se ubican en todos los grises que te puedas imaginar, la persona que perdió su trabajo ahora pero no tiene un papel que lo documente, la persona que lo perdió dos semanas antes de la emergencia, etc. Pienso que necesitaríamos un mecanismo que se preocupe menos de cuando empezó la necesidad, porque lo cierto es que todas las personas están siendo afectadas por la pandemia, sea las que se vieron afectadas directamente ahora como las que se ven afectadas indirectamente también, que son todas. Lo que el gobierno ha venido haciendo es tomar toda la demanda toda la gente que se ha inscrito y luego utilizar unos criterios de priorización que no son tan públicos en este momento, lo que el gobierno ha planteado es que han priorizado las situaciones más críticas en términos de falta de ingresos y más personas dependientes, creo que han presentado una serie de dudas y de dificultades por no saber bien algunas personas en qué cajita caben de todas las opciones que hay.

¿Cómo financiar la emergencia?

Por ahora lo que el gobierno ha venido haciendo es sacar dineros de unos lugares para ponerlo en otros lugares, eso está bien pero como llegamos aquí con el espacio fiscal tan reducido que tenemos y con un esfuerzo de reducción del gasto público también importante, no existen tantas buchacas de las cuales tomar dinero para utilizar en esto, sin desvestir a un santo para vestir otro como se dice popularmente en Costa Rica. Entonces es imperativo pensar en fuentes de financiamiento que permitan atender la necesidad alimentaria de todas estas personas, que podrían ser un millón de las personas directamente afectadas por el COVID-19 más el millón 200 mil personas que ya teníamos al momento de empezar esta crisis. Entonces , esto además se suma a que 4 de cada 10 colones de la política social costarricense, llámense comedores escolares, seguro por el Estado en materia de salud, uniformes escolares, el grueso de la política social costarricense se apoya fuertemente en impuestos a la planilla laboral, es decir, en contribuciones que hacemos vinculadas a nuestra inserción laboral. Entonces estamos hablando de cuatro de cada diez colones sin considerar la parte de protección de la vejez, si la consideramos es más y estamos hablando de que se desplomó el mercado laboral del cual dependen esas contribuciones, sólo entre febrero y abril estamos estimando que la cantidad de dinero por la que se contribuye a la política social cayó 20%. Cuando veamos los datos de mayo va a ser más, entonces tenemos un pico de necesidades sociales en el momento en que tenemos una caída de los recursos que permiten financiar estas necesidades sociales, eso nos pone frente al reto de buscar otras opciones que pueden ser desde endeudamiento hasta mecanismos solidarios de financiamiento de la emergencia y esto exige ampliar la cobija tanto de las cosas que las personas necesitan recibir y estos ingresos que te mencionaba que son estrictamente alimentarios funcionan si la persona sabe y la familia sabe que no le van a cortar la luz, que no le van a dejar sin agua, que no le van a quitar la conexión a internet si no lo paga, entonces necesitamos tener un fondo de recursos que permita cubrir tanto la necesidad alimentaria como tener dinero para compensar la permeabilidad de dinero de pago por tarifas para que eso no implique además que la gente deje de recibir sus servicios.

Solamente de seguridad social, del sistema de salud que están en la primera línea de defensa en este momento de la población, vamos a tener a diciembre 300.000 millones de colones menos de los que el sistema tendría que tener o había previsto tener, en un momento de ampliación de compras de mascarillas, de respiradores, entonces lo que te quiero dibujar es un escenario de muchísima necesidad, de pensar en mecanismos de financiamiento que le den oxígeno al Estado por eso yo he venido planteando la necesidad de un fondo de emergencia solidario, en otros países se ha venido discutiendo. El propio Fondo Monetario Internacional recomienda recurrir a mecanismos temporales de aporte por parte de los sectores y de las personas con más ingresos, en cuenta aquellas personas que tienen ingresos por capital porque son dueños de empresas o porque son dueños de diferentes tipos de recursos, pues en Costa Rica y en el conjunto de Centroamérica necesitamos que estas personas den un paso adelante y contribuyan un poquitito de sus ingresos o de su patrimonio o de ambos. Sus ingresos, su flujo de caja lo que han acumulado a lo largo de su vida, un aporte puede ser muy pequeñito en función de lo que estas personas tienen pero muy grande para financiar la emergencia, y por supuesto todas las personas que aún tenemos ingresos y cuanto más altos más, tenemos una responsabilidad ética de poder aportar colectivamente. Entonces mi sensación es que una de las deficiencias o de los retos que tiene el país en este momento es resolver el problema de financiamiento.

¿Cómo se pueden encontrar soluciones a la crisis?

Mi opinión es que Costa Rica tiene condiciones para hacer esto bien y tiene condiciones para hacer esto rápido pero lo que necesita son acuerdos y acuerdos políticos grandes. Esto es más grande que un gobierno, más grande que el Estado pero lo estamos discutiendo con una cabeza pre pandemia. Y los sectores que sistemáticamente atacan el Estado y la necesidad de tener cosas que son de toda la población, que por cierto se ataca el Estado salvo cuando tiene que ver con los intereses particulares en este sector, porque muchos de los voceros anti estado son los mismos que gestionaron el paquete de medidas que te comentaba han representado un subsidio muy grande de parte del Estado al sector privado de los primeros días de la emergencia, entonces es no creer en el Estado salvo que me sirva a mi. Pero entonces los términos del debate siguen siendo los términos del debate pre pandemia a diferencia de otros países del mundo, en cuenta algunos países con los que nos gusta compararnos, países europeos como España como Inglaterra como Alemania, en esos países esta pandemia se produjo de manera tal que rápidamente cambió los términos del debate pro Estado-anti Estado a un consenso acerca de la importancia de que el Estado y lo público asegure un piso, y eso ha permitido unos márgenes de acuerdos políticos relativamente amplios comparados a los que tenían en estos países antes de la pandemia.

En Costa Rica esta conversación como yo la veo al día 24 de abril, está congelada en esos términos pre pandemia entre quienes creemos que el Estado es importante, quienes creen que no, no nos hemos movido mucho del lugar y de alguna manera hay como entre líneas como si este problema fuera a terminarse rápidamente, como si en tres meses la vida va a volver a la normalidad y entonces más bien aquellos sectores que desconfían del Estado, que desconfían de su papel consideran que este es un momento para aprovechar a ir por más en términos de reforma de empleo público, en términos de reducción de instituciones. Por cierto esa es una de las medidas que el gobierno ha planteado esta semana, la eliminación de duplicidades en 30 instituciones me parece que es algo compatible, pero representa el 0.08% del producto interno bruto y en este contexto de crisis a mí me parece que es como reacomodar los muebles en la sala por no tener una inundación, es como realmente este es el momento para que discutamos la eliminación de duplicidades en el sector público que representa el 0,08% del producto interno bruto o es el momento en que discutamos cómo conseguimos 3, 4, 5 puntos del PIB para financiar la emergencia , los vamos a necesitar de verdad, los vamos a necesitar para financiar estos ingresos en el bolsillo de la gente y para financiar los servicios públicos básicos que nadie puede dejar de tener incluyendo los de salud.

Juliana Martínez Franzoni es investigadora del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Costa Rica.

La entrevista fue realizada por FES Costa Rica el 23 de abril de 2020.


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